La abundancia es un estado.
Un bienestar.
Uno puede sentir que vive en la abundancia mientras está en una cueva comiendo sólo los dones de la naturaleza, y uno puede sentirse pobre o aún insuficiente siendo millonario.
Yo, sin embargo, soy una seguidora de un término medio.
En todo.
Hay que alimentar la abundancia. Para cuidarla. Cuidar su buena imagen, sobre todo a los ojos de nuestra Alma, ¡pero también a los ojos interiores de un niño, por ejemplo!
Es necesario cuidar la buena calidad de las semillas que queremos sembrar, para que el fruto que den nos dé satisfacción y realización.
Esto es lo que hacemos durante este proceso:
Comprobamos la calidad de nuestras semillas, hacemos una selección y nos aseguramos de que estén en la tierra adecuada, bien nutridas, regadas.
Porque sólo así podemos tener la garantía de que las cosechas nos darán satisfacción y una sensación de plenitud.
Durante este taller, por supuesto, nos apoyaremos en la neurografía, utilizando su enorme potencial. Utilizaremos el neuroárbol y/o el algoritmo de la lluvia chamánica (dependiendo del tiempo asignado al taller, uno o dos días difieren en el programa).
Ambos algoritmos pertenecen al llamado grupo de crecimiento, es decir, trabajan para dinamizar al sujeto y fortalecerlo para que pueda "crecer" fuerte y sano :))
Refuerzan nuestra visión, permitiéndonos construir conexiones neuronales adicionales en el cerebro, lo que nos da la oportunidad de aceptar nuestros potenciales y desencadenar el estado de implementación - la manifestación de la visión.